ACERCA DE MI

¿Quién soy?
Mi nombre es Yarhen Franco Durango, estudio Comunicación Social - Periodismos en la Universidad Pontificia Bolivariana, en Medellín y esto de describirme cada vez me gusta más, me leerás pero sin adjetivos.
Me gusta ver la gente sonreír, pero no me gustan los rostros desfigurados de las personas cuando ríen a carcajadas. Amo profundamente las risas de un niño, me siento feliz cargando a un bebé, me llena el alma sentir el olor de frescura de un recién nacido, para mí, al contrario de mucha gente, son más bellos recién salen de su madre cuando aún siguen morados y el olor a placenta es casi tangible.
Me gusta la locura, hacer cosas diferentes, salir a pueblos y escuchar historias, ver las que se cuentan por sí solas y escribir por aquellas a las que les falta voz.
Me gusta el vino pero solo con buena compañía, hablar de diversos temas, incluyendo el del amor. Escuchar unas buenas canciones y beber quizás una o dos botellas de Manischewitz, son mis deleites.
No soy amiga de la monotonía, me gusta explorar lo nuevo probar diferentes sabores y texturas; perp sigo sin entender la razón por la cuál hace más de un año compro el mismo helado, en el mismo lugar y la misma combinación, incluso cuando me propongo a tratar un sabor diferente resulto comprando lo mismo y lo disfruto como si fuese la primera vez que lo probé.
Me gusta acatar las reglas, creo que para eso se hicieron, por tal motivo me enferma ver a la gente que se mete en las filas, que piden más de lo que se les regala, que no hace silencio, que no da las gracias, que no pide el favor y que creen que el mundo está a sus pies. De igual forma, no me gusta el sonido que hacen las personas cuando mastican chicle con la boca abierta, no me gusta escuchar el sonido de los dientes cuando mastican, pero me divierte escuchar el sonido de mi madre cuando come tostadas.
Compartir con la gente, estar rodeada de personas, así las conozca o no me produce una gran alegría, me hace saber que hago parte de un conglomerado de gente bella, con sentido del humor y trabajadora; pero a veces prefiero esperar una hora a que pase la hora pico del Metro, y de esta manera no tener contacto físico y no sentir el sudor de los demás usuarios del sistema, no me gusta para nada sentir el calor corporal del otro, a menos que sea en un abrazo.
No me gustan los sobrenombres, no suelo llamar a nadie por su apodo y quizás por eso nadie me tiene algún apelativo, o bueno, no que yo sepa.
Amo profundamente ir a la iglesia, jamás lo he visto como una obligación a pesar de mi edad. Me gusta seguir el modelo de Cristo pero nunca como una religión sino como un estilo de vida. No me gusta la gente fanática y casi que enferma por una religión, soy de las que creo que la verdad te hace libre y que si soy libre ahora es porque conozco la verdad, mí verdad.
No veo la sensualidad en un hombre semidesnudo o en una mujer con voluptuosas caderas, le veo la sensualidad a las gotas de lluvia en la noche que caen en los charcos formados por las mismas bajo la tenue luz de la calle.
Para concluir, no me gustan las flores, esas las dejo para el día de mi muerte, estado de la vida a la que le temo profundamente. Prefiero el sabor dulce del chocolate, podría comer diez en un día. Me gusta bailar, con o sin música y me encantan los pequeños detalles, los favores y los regalos inesperados.
Un paseo por Personajes
Para leer
Para los stalkers: estas son mis redes personales, ahí puedes ver mis adjetivos.
